Cuando en la familia decidimos coger de nuevo las riendas de este hotel valoramos sobretodo la experiencia del cliente; queríamos que el hotel volviera a respirar exclusividad, tranquilidad, silencio y relax. Después de dos años cerrado sabíamos que todo el establecimiento necesitaba una verdadera puesta a punto, pero también sabíamos que el cliente necesitaba recordar porqué existía “La Moraleja” y cuál era su razón de ser.
El “relax”, la “tranquilidad”, esas palabras que muchas veces se utilizan de manera ligera pero que en realidad esconden una gran dificultad en un entorno de un establecimiento hotelero. El cliente venía a nuestro hotel buscando descanso y silencio, pero también una experiencia gastronómica y reparadora; venía buscando relax, pero también comodidad y proximidad en la zona de Pollença. Por eso no es fácil definir la experiencia en nuestro hotel, por eso lo que ofrecemos no se resume en una sola frase o en un solo concepto. Es un hotel de adultos: sí pero algo más. Es un hotel tranquilo: también pero no sólo eso. Está a cinco minutos de cualquier sitio de Pollença: por supuesto, pero eso no es lo único importante.
Entonces descubrimos que nuestro hotel es como la esencia de todas esas cosas, como un precioso destilado de esos conceptos tan difíciles de conseguir en una experiencia hotelera. Es como creemos que les gusta a nuestros clientes que sean tratados, con tranquilidad, sin prisas, de manera relajada y es como nos gusta que se sientan ellos mismos.
Por eso seguiremos escuchando a nuestros clientes, ofreciendo lo que de verdad hay de exclusivo en nuestro hotel, teniendo la mejor atención y el más discreto trato, dejando que la estancia de nuestros clientes fluya y se deje llevar por esa forma tan mallorquina de entender la vida y también las vacaciones.
Por eso os esperamos como siempre en el “Hotel La Moraleja”, por eso os recibimos en “The Quiet Hotel”.